Soy madre de una hermosa hija llamada Aria Zoé, nacida en abril del 2017 con 3.630 kg de amor y .50 cm de ternura. Psicóloga de profesión y casada con el padre de mi hija desde junio del 2011.  

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La historia antes de mi embarazo…

Antes de casarnos mi esposo y yo hablamos de formar una familia y de cómo imaginábamos esta parte de nuestra vida. Ambos estuvimos de acuerdo en tener dos hijos (en nuestros deseos una niña y un niño) y en que después de casarnos esperaríamos un año para el primer bebé.

El primer año de matrimonio nos resultó bastante complicado y decidimos esperar un año más, que se convirtió en dos años más.

En junio del 2014 nos enteramos que estábamos esperando bebé de 5 semanas, nos dio mucha felicidad, aunque para ser honesta a mí me entro pánico pues creía que no era el mejor momento, sin embargo, ambos estábamos felices y esperábamos convertirnos en padres para finales de febrero o principios de marzo.

A las 11 semanas de gestación, nos dieron la noticia de que chicharito (como comenzamos a llamarlo de cariño) no tenía frecuencia cardíaca, y después de algunas revisiones terminaron por hacerme un legrado. Nuestro mundo lleno de ilusión se nos vino abajo.

Nos dijeron que tendríamos que esperar por lo menos 6 meses para volver a intentarlo. Francamente yo no quería saber nada respecto al tema; me sentía muy triste, culpable, incomprendida y que minimizaban mi dolor.

¡Seremos padres!

Pasó el tiempo y poco a poco mi esposo y yo lo superamos, recordamos a chicharito con mucho cariño y siempre será nuestro primer bebito, sin embargo, nuestra vida se llenó nuevamente de alegría e ilusiones cuando el 9 de agosto del 2016 nos enteramos que estábamos esperando bebé.

Fue un día difícil, con sentimientos encontrados entre felicidad y angustia, y así seguimos todo el embarazo. A veces más felices y otros días más angustiados, el primer trimestre fue el más difícil. Por fortuna todo fluyo de maravilla y tuve un embarazo muy tranquilo y feliz y un dia de abril del 2017 a las 4:27pm me convertí en madre de una hermosa hija.

En estos momentos…

Ser madre es todo un reto, combinarlo con ser esposa, hija, amiga, trabajar y sin olvidar que eres mujer, es de verdad … una locura.

Amo a mi pequeña princesa y lo daría todo por ella, mi vida si fuese necesario, pero eso no quita el estrés, el cansancio, la frustración.

En fin, aquí compartiré mis experiencias de esta nueva aventura sin final. Espero y este espacio les sirva de alguna forma, ya sea para identificarse y saber que no son las únicas, para sentirse apoyadas o hasta como desahogo compartiendo sus propias experiencias.