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¿Bebé dos?

  • Foto del escritor: Isabel Alanís
    Isabel Alanís
  • 27 sept 2019
  • 3 Min. de lectura

Primero que nada quiero saludarles, ya tenía mucho sin escribir acá, la verdad más que nada por falta de tiempo. Hoy les quiero platicar de una experiencia que vivimos hace unos meses y la historia comienza así:


En mi celular tenía una aplicación que me ayudaba a llevar las cuentas de mi ciclo menstrual el cual el día 9 de junio me indico un día de retraso, pero ¨uno no es ninguno¨ así que a esperar total y tenía los síntomas premenstruales. Para el jueves 11 con 3 días de retraso ya me estaba entrando la ansiedad, pero igual era demasiado pronto para hacer una prueba casera. El día 12 no podía sola con mis ansias y le comente a mi madre, claro que se emocionó mucho ante la posibilidad pero le pedí estar calmadas porque yo estaba ¨segura¨ que llegaría mi periodo. Pues para el día 13 de junio con 5 días de retraso entre nervios y alegría le comente a mi esposo. Compramos una prueba de embarazo, platicamos con Aria sobre si le gustaría tener un hermanito o hermanita, si le gustaría que hubiera un bebé en casa y si le prestaría sus juguetes, etc, etc. Nosotros estábamos casi seguros que la prueba daría positivo.



Esa noche me realice la prueba y en efecto el resultado fue POSITIVO, mi esposo y yo estábamos que no cabíamos de felicidad y fue un momento que compartimos los tres. Pero claro, la emoción nos ganó y con video llamada compartimos la noticia con los futuros abuelos y tía y claro como era de esperarse, todos saltaron de alegría.




Yo hubiera creído que con chicarito teníamos que haber aprendido la lección pero no fue así. Quizá porque esperaba que esta vez fuera diferente y dado que ya había tenido a Aria, mi cuerpo asimilara sin complicaciones un nuevo embarazo pero tampoco fue así. Al día siguiente del positivo me tome las cosas con más calma, decidí esperar una semana para ir al ginecólogo (pero comencé con las vitaminas prenatales) ya que por el tiempo de gestación lo más probable es que no saliera nada en el ultrasonido, lo cual a pesar de esperar una semana, así fue. El doctor indico que probablemente tenía menos de 4 semanas (lo que era muy probable) y nos pidió regresar en 2 o 3 semanas. Esto pasó el viernes 19 de junio y para el lunes 22 comencé con sangrado (debo decir que sentí una tristeza enorme y algo de rabia) inmediatamente lame a mi doctor quien me puso en tratamiento y reposo, lo cual es algo complicado con una pequeña de 2 años, eso sí, siempre con el apoyo de mi esposo y mis padres quienes a medida de sus posibilidades me ayudaron durante toda la semana, cuando después de haber presentado sangrado me hice una prueba casera de embarazo y salió NEGATIVA. Tengo que decirlo, en ese momento fue más rabia que tristeza, de verdad esperaba que la próxima vez que supiera que estaba embarazada todo se viviera con más felicidad y calma y menos temores. Esa semana de reposo fue muy pesada porque además estábamos lidiando con las curaciones de ojos de Aria, no era nada sencillo ver llorar a mi bebé y querer llorar junto con ella (una vez no resistí y me quebré en llanto junto con ella). Sentía que no podía proteger a mis bebés, ni a la que tenía en mis brazos ni al que esperaba con todo mi corazón estuviera en mi vientre. En fin hay pensamientos y emociones que en momentos nos cuesta trabajo manejar.



El negativo estaba ahí, no había bebé. Tuvimos que avisarles a los futuros abuelos que siempre no y explicarle a Aria que no habría hermanito en un futuro cercano (por el reposo le dijimos que mami no podía hacer mucho esfuerzo porque tenía un bebé en la pancita y tenía que cuidarse, a lo que ella fue increíblemente comprensiva pero todo el tiempo decía que mamá traía un bebé en la pancita) ¿Qué pasó? ¿Por qué razón el embarazo no fue viable? No hay una explicación exacta, las razones pueden ser muchas, pero a mi entender, tan simple como que el óvulo fertilizado no sobrevivió a la implantación en el útero y el cuerpo hizo lo suyo.



Esta fue nuestra historia, nuestra experiencia en cortas palabras sin decir todo lo que cruzó por nuestras mentes en este corto tiempo. La noticia de un segundo bebé, esperado, deseado y amado. Una estrella demasiado fugaz!

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