top of page

La reflexión de mi experiencia… La semana de mamá

  • Foto del escritor: Isabel Alanís
    Isabel Alanís
  • 5 jun 2020
  • 6 Min. de lectura

Fotos: 09-Mayo-2020 Si quieres ver a galería que compartí en la semana de mamá puedes verla en Instagram

El pasado mes con motivo del día de las madres y después de dedicar una semana a mi niña (actividades especiales por el día del niño), decidí planear la semana de mama y la experiencia de esa semana me hizo replantearme algunas cosas personales ¿Por qué no me arreglo como antes? Si era tan vanidosa y me gustaba cuidar de mi imagen y cuerpo.

Bueno, si tienen peques a se abran dado cuenta que todo el tiempo aprenden de nosotros, de lo que decimos y cuando callamos, de lo que hacemos y de lo que no ¿Entonces que aprende cuando me ve arreglarme y maquillare? ¿Qué aprende si no me ve hacerlo? Esos días mi hija sin duda se sorprendió al verme maquillada, con cabello planchado, rizado y usando tacones. No es lo que normalmente ve en mí.


Platicando un día con mi madre le comente mi dilema: cuando mi hija comenzó a fijarse en cuando me maquillaba inmediatamente comenzó a imitarme, lo cual me pareció tierno, incluso conseguí un pequeño peinador de juguete que puse al lado del mío, agregue algunos accesorios de juguete para que pudiera sentarse a mi lado, y aunque le gusto, prefería tratar de tomar mis cosas porque sí pintaban, meses después le colocamos un peinador de verdad y le coloque todas sus cosas (cremas, peines, fragancias, ect.), lo que realmente usaba y le agregue unos pinta labios infantiles, unos esmaltes despegables y una especie de rubor infantil, lo que por supuesto le fascino. El problema fue que luego quería usarlos todo el tiempo. Después se topó en youtube con los videos de una niña que se maquillaba (maquillaje de fantasía) y se ponía vestidos de fiesta, todo parecía bien excepto que luego se desaprobaba si no estaba arreglada, incluso su reflejo en el espejo le decía que ponerse y usar, y que no. Mi hija comenzó a decir que estaba fea, y a veces decía que necesitaba ponerse picos o pintarse los cachetes para estar ¨ chula ¨ (un piropo que usamos en familia). Eso ya no me gusto, por supuesto ya no volví a dejarle esos videos, hable mucho con ella, de muchas formas (tratando siempre de acorde a su edad y según los comentarios que iban surgiendo) y he retirado parte de sus accesorios. Eso fue hace algunos meses y todo está tranquilo en ese tema, pero cuando me llega a ver maquillándome se concentra sumamente en eso y no me agrada del todo ¿Por qué? Bueno, no quiero que aprenda que una tiene que maquillarse para ser bonita, no quiero que aprenda que la belleza superficial es más importante que el aceptarse y amarse a sí misma tal cual es.


Entonces pienso ¿Por qué nos maquillamos y arreglamos tanto? ¿Para quién? Yo nunca he tenido el cuerpo perfecto y nunca me he sentido bien por ello ¿Será que me afectaron tanto los comentarios que desde niña recibí sobre mi cuerpo? ¨Sigue comiendo¨ ¨mira que pansa¨ ¨mira que cachetotes¨¨Por eso estamos como estamos ¿verdad?¨ entre otros. Todos estos comentarios de ¨broma ¨ o ¨bien intencionados¨ ¿Será que me siguen haciendo ruido? Creo que sí. La razón es porque veo que la gente no comprende el poder de las palabras, ni comprende la fragilidad de los niños. Yo en la primaria a la edad de 7 u 8 años tomé a escondidas tés para adelgazar y comencé a reducir mis alimentos o a preocuparme por lo que comía… me dio anemia. Gracias a que mi mamá se dio cuenta, me atedio y me cuido, logamos superar esa etapa, aunque en la preparatoria cursando a capacitación para auxiliar en nutrición comenzaron nuevamente a resonar todos esos comentarios negativos (no es que en algún momento se hubiesen detenido) y comencé a darme atracones de comida para después vomitar, hacer dietas extremas, pasar incluso días sin comer u oras medias con el fin de verme delgada. Después de unos meses y por mi aspecto, mi mamá nuevamente se dio cuenta y de una u otra manera encontró la forma de apoyarme y ayudarme a enfrentar la situación. La verdad nunca logre obtener el peso o la figura deseada por los demás (los que me han hecho ese tipo de comentarios), ni el deseado por mí, pero la mayoría de ese tiempo estaba en mi peso saludable.

Preocuparme por el vello de mis piernas comenzó en sexto de primaria, solo para empeorar en la secundaria siendo esta la peor etapa en mi vida. Donde no solo me preocupaba mi cuerpo, su figura, ahora era el bello de mi cuerpo. Comencé a sacarme las cejas, a rasurar mis piernas y demás. Claro que la atención de los chicos hacia mi cambio, entonces me importo el corte de la falda y a pesar que nunca he sido buena para cocer me las arregle para quitar la pechera del jumper y hacerla montable y desmontable.


En la prepa me apodaron la ¨Barbie¨ por hablar y arreglar mi cabello como la protagonista de una novela a la que le decía así, también me llamaron ¨la niña arcoíris¨ porque cada día iba de un color diferente, llevaba uniforme pero sí traía el bolso rosa todos mis accesorios eran rosas. Años después supe que un chico que me gustaba al que nunca le hable más de lo necesario, me consideró una de las chicas más lindas del salón, pero demasiado mamona (sangrona, creída, entiéndase) para hablarme.


En la universidad, creo que el primer mes me basto para darme cuenta que verme bien no haría ninguna diferencia y que realmente ya no me importaba. Me había desgastado tanto en ese tema y me sentía ya tan cansada, mi mente se abría a un mundo tan interesante, que poco a poco el verme bien y tener ¨buen cuerpo¨ dejo de ser mi prioridad. No se cofundan aun me importaba pero a no era asunto de todos los días ni con la misma intensidad. Y es que tuve un novio que muy amorosamente me invitaba a hacer dieta y me hacía otros comentarios sutiles respecto al tema. Por supuesto no es mi esposo, bien librada jaja


Siempre le digo a mi esposo que nada es tan sencillo como parece, que el poder de las palabras es inimaginable, que todo niño es inteligente y puede legar a ser muy fuerte, pero que también toman todo literal y su mente es frágil, que el ejemplo de los adultos y principalmente de sus padres y/o las personas que los que lo cuidan son sus

principales fuentes de aprendizaje y somos quienes más dejaremos huella en ellos.


¿Qué si estoy traumada? Bueno soy adulta he tenido la oportunidad de reflexionar sobre muchas etapas y áreas de mi vida ¿Qué si voy a heredar mis traumas? Al ser madre no dejo de ser persona y no dejo atrás mi historia. Solo quiero aprender de mi experiencia, enseñarle a mi hija lo que es realmente importante en la vida y darle las herramientas necesarias para enfrentarla. Pero también entiendo que es una niña y lo que el uego significa y la importancia que tiene.


Hoy sigo ciertos estándares de belleza y mercadotecnia no porque me sean necesarios, quizá algunos no del todo por gusto por gusto, pero en definitiva me hacen sentir más segura para enfrenar el mundo hostil en el que vivimos todos. Lo hago conscientemente y vivo día a día con la lucha de amarme y aceptarme tal cual soy.


¿Entonces que aprende mi hija cuando me ve arreglarme y maquillare? ¿Qué aprende si no me ve hacerlo? No hay respuesta exacta, no hay una manual para ser madre y definitivamente no hay receta mágica. Cada niño es diferente y sus mentes un misterio, pero lo que no me falta es amor por mi hija para esforzarme cada día a ser la mejor versión de mi misma y ser la mama que necesite a cada momento… Tal como lo ha sido mi madre para mí.


¡Ojo! No estoy diciendo que arreglarse, maquillarse o preocuparse por tu aspecto físico sea malo, siempre y cuando lo hagamos por salud, por gusto y no para complacer a otros. Si esa es la razón e incluso pone en riesgo tu salud física y mental bien vale la pena preguntarse ¿Por qué lo hago? ¿Para qué? ¿Para quién? Recuerden que lo más importante es verse y sentirse bien con una misma.

Kommentarer


bottom of page