Duelo... ¡estrellas fugaces en el cielo!
- Isabel Alanís
- 28 abr 2021
- 4 Min. de lectura

Me levante contenta, emocionada por la cita con mi ginecólogo para ver a mi bebé de 11 semanas, la tenía temprano, antes de ir a mi trabajo (un consultorio pediátrico). Toso comenzó muy bien, pase a recostarme para el ultrasonido y de pronto la cara de mi doctor cambio, y claramente buscaba algo y no lo encontraba… Era el latido de mi bebé. Inmediatamente me di cuenta que algo pasaba y el doctor no sabía cómo decírmelo. Cabe mencionar que me conocía años atrás, pero como paciente era nueva, apenas me entere de mi embarazo, nunca olvidare su cara y la empatía con la que me trato. A pesar de todo me inspiro calma, me dio opciones y me aclaro todas mis dudas, incluso las que no podía expresar. Fue difícil recibir la noticia sola (mi esposo trabajaba), y después tener que ir a trabajar.
Fue un día laboral amargo, triste, difícil y pensando todo el día en cómo le daría la noticia a mi esposo, a mis padres, y a mis suegros. Le comunique a mi jefe que al día siguiente no podría ir a trabajar ya que tenía que ir a mi servicio de salud, le explique la situación y continúe con la 2da jornada de mi turno laboral.
Obviamente tuve más tiempo para procesarlo y “hacerme la fuerte”. Ya era noche cuando vi al marido y a solas le comunique lo sucedido, rompió en llanto y yo trate de hacerme la fuerte. Tuvimos las pregunta del ¿Por qué? Sin respuesta alguna, incluso nuestra fe se quebró y tuvimos un proceso en restaurar esa relación.
Al día siguiente que fui a mi servicio de salud, mi esposo tenía que trabajar así que mi madre me acompaño para estar ahí a las 6:00 am aprox. Y vivir todo ese proceso burocrático y como les comente anteriormente, tan carente de empatía.

En teoría tenía 11 semanas de gestación, sin embargo según las medidas en el sonograma, el embrión tenia características de un bebe de 10 semanas.
En la semana 10, todos los órganos vitales del bebé se han formado y han comenzado a funcionar juntos. Es muy poco probable que las anomalías congénitas se produzcan después de la semana 10. Esta semana también marca el final del período embrionario. En general, el embrión tiene ahora un aspecto humano y la semana siguiente su bebé será oficialmente un feto. kidshealth.org
Una vez en casa, me sentía fatal, no quería regresar al trabajo y estaba a poco de comenzar un diplomado en estimulación temprana y Neurodesarrollo que ya no estaba segura de querer tomar. Los papeles se invirtieron y mi esposo tomo la fortaleza que a mí me faltaba para darme aliento. Ni hablar de la idea de buscar un nuevo embarazo, no quería saber nada al respecto.
Ambos pasamos por las cinco famosas etapas del duelo:
1. Negación
2. Ira
3. Negociación
4. Depresión
5. Aceptación
No hay un orden para vivir el duelo, no es lineal, así como pasas por una etapa regresas a ella en cualquier momento, no hay tiempo límite en cada etapa, ni en el proceso y cada uno lo vivió a su manera, pero acompañados y apoyándonos mutuamente.
Otra parte difícil fue pensar en las futuras preguntas que harían quienes ya se habían enterado del embarazo, la idea de que me preguntaran por un bebe que ya no crecía en mi vientre me resultaba muy desagradable. Mi esposo y yo les pedimos a nuestros padres que se encargaran de la situación y desconozco como lo hicieron, pero sí que fue de una forma eficaz pues nadie nos dijo nunca nada al respecto, por lo menos a mí. Sé que mi esposo también la pasó mal, así que no creamos que a ellos no les puede este tipo de situaciones, que verbalmente expresan menos sus emociones, tal vez, pero eso no quiere decir que no les duela y que no estén viviendo su propio proceso de duelo.
Como siempre, con el apoyo de mis padres y mi esposo, encontré la fuerza para hacer frente a mis sentimientos, pero sobre todo una promesa a mi bebé, a mi primer bebé. Ser la madre que se hubiera sentido orgulloso de tener. Ahora me causa un poco de gracia esa promesa, pero sigue sembrada en mi corazón y es una de las cosas que me han llevado al estudio de la infancia, la crianza y la educación de los primeros años de vida del ser humano, incluso desde que está en el vientre o se está gestando en la mente de sus futuros padres.
Luego una segunda estrella fugaz apareció en nuestras vidas, les he contado ya un poco en el Post│¿Bebé dos? Cuando creímos que llegaría un hermanito para Aria, esta segunda estrella fugaz fue mucho más rápida que la anterior, pues una semana después de obtener nuestro positivo en una prueba de embarazo, comenzó el sangrado y pasó a ser un negativo. Por supuesto nos dio mucha tristeza, porque nos ilusionaba la idea de otro bebé, en esta ocasión lo difícil fue explicarle a nuestra pequeña AZ que ese hermanito no llegaría, pues cuando la prueba dio positivo, compartimos con ella la alegría y le daba emoción tener un hermanito. Hubo días en los que me preguntaba por él bebé que crecía en mi pansa, me daba el tiempo para explicarle las veces que fuese necesario, suponíamos que podía ser confuso para ella decirle que tendría un hermanito y después decirle que ya no. Siempre le hablamos con la verdad, tratando de ser lo más claros posibles teniendo en cuenta su edad, y esta no fue la excepción.
Cada duelo es único, respetemos el proceso.
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