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Una noche sin Aria

  • Foto del escritor: Isabel Alanís
    Isabel Alanís
  • 28 sept 2018
  • 1 Min. de lectura

El viernes pasado que andaba enferma, mi madre muy amorosamente se ofreció a cuidar a Aria durante la noche, es decir, que Aria pasaría la noche en casa de los abuelos. La verdad seria un fin de semana muy ajetreado ya que tenia que trabajar al día siguiente y teníamos varios compromisos familiares, así que accedí.


Al levantarme a la mañana siguiente, tenia la sensacion de que Aria estaba en su cuarto y luego recordé que no. Mientras me duchaba y veía las cosas de mi hija me pregunté ¿Que seria de mi sin ella? Definitivamente mi vida estaría incompleta, si bien ser madres es agotador, por nada cambiaría esa sonrisa, escuchar mamá cada mañana y las carcajadas por corretearla para cambiarle el pañal o la ropa, el ritual de la comida, los cocos para curarla con besos, los abrazos y besos espontáneos que me da, las trompitas cunado finge estar enojada y las mil cosas que llenan mi mundo de alegría y color.


Pero agradezco enormemente tener a mi madre que me apoya, me ayuda y me salva. Y claro a mi compañero de vida que no raja leña y sabe cual es el momento de entrar en acción.


Amor de abuela - Septiembre 2018

Yo andaba bien enfermilla - Septiembre 2018




Que importante para una madre tener una persona que te de soporte ya sea tu pareja, tu madre, una amiga o una persona de confianza que pueda cuidar de tus hijos en esos momento en que necesitas resolver alguna situación, descansar, recuperarte o simplemente darte un respiro.
 
 
 

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